Ya sea que recién empiezas un nuevo trabajo o todavía estás con la misma compañía, debes asegurarte que estás maximizando tus beneficios de empleado. La mayoría de los empleadores ofrecen una variedad de beneficios patrocinados por la compañía. A veces, la cobertura vale una tercera parte o más de tu salario base. Eso es demasiado dinero para dejar sobre la mesa. Es mucho dinero si no utilizas tus beneficios, y algunos de ellos tienen ventajas fiscales que no debes ignorar.
Beneficios Proporcionados por la Empresa



La forma más común de recibir cobertura de cuidado de la salud es a través de tu empleador. Aunque las empresas con menos de 50 trabajadores están exentas de proporcionar seguro de salud para sus empleados [aunque algunas empresas sí lo ofrecen], las empresas con más de 50 trabajadores están obligadas a ofrecer el seguro de salud para sus empleados. Los beneficios de la compañía es algo importante para considerar antes de aceptar un puesto de trabajo.
Las Cuentas de Ahorros de Salud y Gastos Flexibles
Cuentas de Ahorros de Salud (HSA por sus siglas en inglés) y cuentas de Gastos Flexibles (FSA por sus siglas en inglés) son una forma de ahorrar dinero para las personas con seguro para la salud, antes de impuestos, para pagar sus costos por cuidado de la salud, conocidos como “gastos calificados”, incluyendo (pero no se limitan a) deducibles, copagos, coseguro, prescripciones mensuales y más. También se pueden usarlo para gastos fuera de la red. Ambas cuentas te permiten ahorrar dinero antes de impuestos para costos médicos futuros y pueden utilizarse fuera de la red. Algunos empleados contribuyen fondos a esas cuentas. En la mayoría de los casos, recibes una tarjeta de débito para tu cuenta y la puedes usar para pagar gastos calificados durante el año. Sin embargo, no todos pueden calificar para abrir una HSA. Sin embargo, no todos califican para un HSA, solamente aquellos con un plan de salud con altos deducibles. Para calificar para un HSA, este High Deductible Health Plan (Plan de Salud con Altos Deducibles, HDHP por sus siglas en inglés) debe ser el único plan que tengas, no puedes ser elegible para Medicare y no puedes ser reclamado como dependiente en la declaración de impuestos de otra persona. Las HSA no son para todos, es importante considerar las ventajas y desventajas antes de tomar una decisión. Algunos factores para considerar son si crees que vas a necesitar de cuidado de la salud en el próximo año o si tienes una condición médica crónica.
Aprende más sobre las HSA y FSA.
FSA y las Contribuciones Antes de Impuestos
Hay dos tipos de Cuentas de Gastos Flexibles (FSA por sus siglas en inglés) – una para gastos relacionados con el cuidado de la salud y otra para gastos relacionadas con dependientes. Las cuentas son independientes, y puedes inscribirte en cualquiera de las dos o en ambas durante tu período de Inscripción Abierta. Es importante notar que si tienes un “cambio del estatus familiar” durante el año, puedes calificar para inscribirte afuera de ese período. Cada mes las contribuciones son deducidas de tu cheque de pago y tienes que re-inscribirte activamente cada año. También, hay que notar que no se pueden transferir las FSA de un empleador a otro; si cambias de compañía debes inscribirte en el plan de tu nuevo empleador.
El Servicio de Ingresos Interno (IRS por sus siglas en inglés) te permite contribuir a tu FSA a través de deducciones de nómina antes de impuestos – quiere decir que deducen el dinero de tu saldo antes de retirar los impuestos federales y estatales y el Seguro Social. Si contribuyes a una FSA para cubrir gastos por los cuales vas a pagar de todos modos, reduces tu ingreso bruto tributario por esa cantidad, y así reduces tu factura de impuestos. Cuanto más contribuyas a la FSA, mejor serán tus ahorros fiscales potenciales. Ten en cuenta que contribuir antes de impuestos a la FSA puede reducir un poquito tus beneficios de Seguro Social al jubilarte. Sin embargo, el valor de los ahorros fiscales del año actual normalmente compensa cualquiera reducción de beneficios de Seguro Social.
FSA de Cuidado de Dependiente
Una FSA de cuidado de dependiente te permite usar los dólares antes de impuestos para pagar los gastos calificados relacionados con el cuidado de tu hijo, esposo(a) discapacitado(a), padre de edad avanzado(a) u otro dependiente. Debes enviar una reclamación cada que deseas pedir un reembolso de un gasto. Independientemente de la cantidad de la reclamación, te van a reembolsar solamente hasta la cantidad que está en tu cuenta en ese momento. A diferencia de las FSA de Cuidado de la Salud, las FSA de Cuidado de Dependiente te pueden reembolsar solamente para gastos dentro el saldo actual de la cuenta, por lo que podrías esperar hasta que el saldo de la cuenta sume suficiente para cubrir una reclamación en el principio del año. Una alternativa a usar una FSA de Cuidado de Dependiente es tomar un crédito fiscal del cuidado de dependiente cuando envías tu declaración de impuestos federales. Sin embargo, normalmente para la mayoría de la gente la FSA de Cuidado de Dependiente proporciona la mejor ventaja fiscal, especialmente cuando suben los ingresos. Si tu compañía no ofrece FSA, considera hablar con un asesor financiero sobre otras formas de ahorrar dinero fiscal en gastos relacionados con la salud y el cuidado de dependientes.
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